lunes, 20 de julio de 2015

LENGUAJE Y VIDA COTIDIANA – EL LENGUAJE EN LA COMPRENSIÓN Y APREHENSIÓN DE LA ESTRUCTURACIÓN DE LA VIDA COTIDIANA
MARÍA BETHENCOURT Y EMANUELE AMODIO

La realidad de la vida cotidiana se puede descomponer en diferentes dimensiones. Las dimensiones en descomposición funcionan; de otro modo, de forma integrada e interrelacionada las unas con las otras. En este caso tenemos cuatro dimensiones.

LA DIMENSIÓN SIMBÓLICA: toda sociedad requiere de la construcción de sus universos simbólicos; pues desde sus simbolizaciones pueden interpretar su propia realidad cotidiana y en base a esta simbolización considerarla como verídica y a su vez transmisible a sus similares integrantes de su sociedad. Así pues, los seres humanos en sociedad tienden a necesitar de interpretar lo que ocurre a su alrededor y para ello dotan de su interpretación con significaciones coherentes y lógicas; además de construir (de forma paralela) los universos simbólicos que sirven de base para la comunicación entre los integrantes de la sociedad y que requiere, para su entendimiento, de un conjunto de conocimientos y capacidades relacionadas estrechamente al lenguaje.

LA DIMENSIÓN DE LOS OTROS: en esta dimensión se constituye a los otros como las personas que rodean e integran la sociedad a la que pertenece un individuo y es con quienes tiene la necesidad de comunicarse. Con este mismos propósito comunicativo es que se desarrollan esquemas de categorizaciones y tipificaciones lingüísticas en torno a los demás individuos que nos rodean. La categorización de los otros se puede realizar en relación a la cercanía geográfica, a la semejanza de cultura e intereses sociales, en otros casos a las diferencias de lengua, cultura e ideologías. Así, se realizan las categorías correspondientes de aquellas personas que circundan a un grupo social y con ello se adhieren las tipificaciones lingüísticas (características, patrones) propias de cada categoría.

LA DIMENSIÓN ESPACIAL Y MATERIAL: el entorno en el que se desenvuelven las personas en el acto comunicativo de una sociedad corresponde a la dimensión espacial; será material en el sentido de que se percibe y se tiene consciencia de la existencia de cosas significativas que rodean a los individuos con las cuales, dicho sea de paso, también se interactúa. Esta dimensión es objetivada por los integrantes de la sociedad de una manera individualizada con que cada uno de ellos ha tenido la experiencia de interactuar. Para esto, también se emplea el uso de las simbolizaciones del entorno; las cuales contienen significados producto de la experiencia de los individuos con el espacio.


LA DIMENSIÓN TEMPORAL: todas las actividades humanas además de realizarse en un espacio determinado; son realizadas en un tiempo igualmente determinado. La noción que los individuos tienen respecto del tiempo posibilita que estos realicen sus actividades en función del tiempo. Además de analizar las simbolizaciones, dependiendo del tiempo y del contexto en que fueron empleadas, se realizarán las interpretaciones respectivas de los significados que contienen los símbolos e interpretaciones realizadas en un pasado y que con el pasar del tiempo pueden sufrir algunas variaciones. De esta manera las prácticas culturales y sociales posibilitan las recreaciones de significados temporales de una sociedad determinada, de un grupo o individuo en particular. Con esto; las sociedades interpretan los sentidos y significados de las palabras en el tiempo que les son propios para luego establecer la organización de sus proyectos y acciones individuales y colectivas.

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